20.11.12

οικογένεια

Caminar por el mismo sendero todos los días parece ser bastante rutinario. En realidad, lo es. Pero hoy sentí algo diferente. Creo que fue más por la salida del sol y una buena canción en mis oídos que toda mi perspectiva cambió. La depresión se hizo a un lado, un poco lejos de la realidad y las ideas empezaron a esclarecerse.

Pueden haber sido dos meses increíblemente alucinantes, lleno de experiencias, pero sobre todo de sensaciones. Sigue su rumbo de acuerdo a lo que debe ser; ahora sí más tranquilo.

Sigo sintiendo los rayos de sol y el viento sólo puede decir una palabra: alpha. 

Una llamada pone de pies todo el status quo actual, ese régimen dictatorial y poco comprensivo empieza a relucir. La mierda poco a poco sigue llegando para explotar.
                                                           
                         Uno,
         dos,
                                          tres.

Se acerca, pero sobre todo aleja.

10.5.12

inanis

Pocas son las veces en donde me pongo a pensar en una idea recurrente. Mentira. Siempre ha cruzado por mi mente --dentro de las más íntimas neuronas-- esa palabra. Sí. La muy reconocida y poco agraciada. Se llama muerte.

Siempre pasa por mi cabeza. Son tantas las veces en las que me he puesto a pensar en ella que me asusta un poco la idea de saber que no tiene fecha de llegada. No, todavía no puedo agendarla. Ya sé que lo haré la próxima semana: El lunes clases todo el día, examen de esto, del otro y práctica del peor. Almorzar con fulanito, encontrarme con menganito y por qué no venderle algo a sultano. Sí, ya está todo planeado. Tengo tal y esta otra cosa para hacer. Necesito un poco más de tiempo, leer, escribir, resumir. Dormir si es que puedo, tomar café para no pestañear.

Llegar a mi casa, hablar con mi papá, abrazar a mi mamá, reírme con mi hermano. Comer los cuatro juntos. Sí, algo tan normal. Lavarme los dientes, bañarme, rezar, dormir. Despertar y seguir andando con la misma rutina de todos los días. Extraño los días en Manaus, a veces eran un poco rutinarios también. Pero me gustaba caminar más, ver el cielo enorme con las nubes gigantescas y respirar aire puro. Escuchar a todos hablar o taparme los oídos con Delgadillo en el fondo. Escuchar la ñ sin que suene extraño. Conversar en otro idioma, esperar el micro y llegar a la ONG. Sí, sí. Todo era divertido. Salir y todo. Tomar mi avión y llegar a Lima, a seguir.

Correr para una clase, para el micro, para ir al baño. Caminar mientras le das la última ojeada al resumen antes de la clase, porque fijo hay práctica. En verdad, ni sé. Revisar tu celular: tienes cinco mil mails, llamadas perdidas, cinco personas hablándote por el bbm, twitter, facebook. Sí, todo sigue normal. Revisas que todo esté en su lugar, las monedas para comprar algo que te llene el estómago. Para las copias. Busco la llave para el locker y sí todo sigue igual.

Coordino con mi mejor ejemplo para regresarnos. Sí, escuchando buena música, ríendo, renegando porque un taxista te choca y no deja huella. Porque tu papá te llama y te karmea el día entero. Me quejo de mis notas, mis profesores. Lloro por mis ideales frustrados y mis pedazos de corazón regados en medio de la Costa Verde. Una mirada de complicidad para burlarte de lo que hablan atrás.

Sí. No es extraño, todo sigue normal. Hasta que cierras los ojos.

 - Para siempre -

Justo te peleas con tu mamá. Te molestas por algo que te dice tu papá. Tu hermano te decepciona. Te olvidas de decirle a tu mejor amigo todo lo que vale. Te quedas con un cd para tu ex. Reniegas por un curso. Te quejas por comer lentejas. Le gritas a un desconocido. Dejas de decirle te quiero a alguien importante porque ya habrá otra ocasión. No llamas a tu abuelo.

¿Por qué? Porque sabes que despertarás y mañana todo será mejor, cambiarás o probablemente habrá otro día para arreglar las cosas. ¿Estás seguro? Tienes tantos sueños y tantos planes que crees que tendrás todo el tiempo del mundo para realizarlos y ser feliz. Pero, ¿de qué sirve estar amargado durante el trayecto y no disfrutar el camino? La felicidad no es una meta, es un estado. Es disfrutar todo. Es sentir y gustar las cosas internamente y hacer un cambio positivo a cada segundo.

Sí, lo acepto. Tengo miedo de morir. No estoy preparado para dejar todo así, todo sigue inconcluso. Sí, tienes razón, somos pasajeros y tenemos un límite. Pero tengo miedo de no vivir. Quiero vivir hoy, porque sólo ese hoy importa.

Tengo miedo, quiero que llegues a mi cuarto y me digas que no estoy solo. Que me acompañes mientras duermo y me digas que todo estará bien. Te llevaste una parte enorme de mi corazón y tengo miedo de que si alguien más se va, también se lleve y me quede vacío. Como un agujero negro enorme sin sentido. Cántame mientras duermo. Sí, amigo, a ti también te extraño: por más raro que sea, pensando que algún día nos veríamos para reírnos y dejaste de estar acá sin despedirte. Te fuiste por algo, se fueron porque era hora.

Nos volveremos a encontrar y sólo dejo una coma porque sé que queda mucho por hablar,

4.3.12

Paixão




El alma es el único suspiro que nos mantiene vivos.

11.2.12

Loira

El estómago lleno de más y los ojos mirando al vacío. Una pregunta lo cambia todo.
¿Estás bien? Responde todo lo que ha pasado y aún así no consigue discernir si en realidad lo está.
Todo ha sido demasiado rápido, hace una semana que todas las noticias parecían parte de una radionovela. De aquellas que sólo escuchas, pero no ves. Y tu imaginación va a mil por diez. Es horrible esa sensación que le corta el aire en la garganta y va colocando un nudo enorme dentro de él. La tristeza empieza a llenar la vena como si fuese glucosa un miércoles de madrugada. Entra con fuerza y sólo busca una cosa: llegar al corazón.

Sólo la extraña. No puede dejar de pensar en ella. La tiene en mente y sólo quiere abrazarla. Ve fotos y se acuerda de todos los momentos que crearon. Recuerda sus caricias, sus labios. El olor inconfundible de su llegada y su risa natural. Llegan a la mente todas sus palabras y sus regalos, sus buenas acciones. Empiezan a aparecer en la mente todas las posibilidades que pudieron haberse dado si hubiese tenido coraje. Tal vez no era eso, tal vez era sólo la necesidad de sentir su falta. De ver que acontecería si ella no estuviese, y ya lo comprobó.

Ella es.

Es la glucosa que va entrando por la vena y curando todas las penas. Va dejando una sensación de tranquilidad y conforte. ¡Espera ahí! Empieza a escuchar una canción que no es parte de aquella historia, pero que será tan brillante como el sol y gritará al mundo que tiene su amor. Es parte todo de un proceso, de un paso a paso.

Es.

Es la sonrisa que hace falta, la pieza del rompecabezas inconcluso.

30.1.12

Let it be.

Las ojeras han crecido, Andrés. Están más moradas que antes. Mi corazón se está encogiendo. Extraño mucho tantas cosas. Sólo quiero aprovechar al máximo todo el tiempo que me quede acá. Sólo quiero eso: Vivir.

27.1.12

Cadé o coração agora ?

Siento que las paredes de mi cuarto se han convertido en un refugio. Son amarillas, un poco claras. La puerta que da a la sala es simple y se cierra con facilidad. La puerta que da a la calle, las puertas, tres, calle dan, es precisa para las noches. Siento que se ha convertido, de cierta forma, en las paredes verdes limeñas que todos los días veía. Pero no es lo mismo; desde escuchar otro idioma hasta comer farofa todo el día. Cada día me doy dando cuenta de que estar lejos de casa te acerca mucho más a ella. Empiezo a valorar todo lo que tengo y lo que no. Situación bastante predecible. Pero (siempre existe uno de éstos en toda historia, si no todo sería monótono y aburrido ) empiezo a cuestionar mis propios pensamientos, mi ideología. Mi forma de ser y de actuar. 

Es la hora de la verdad. Muchas veces, pongo a prueba mi personalidad. Poco a poco se va definiendo y sin darme cuenta me voy conociendo más de lo que pensé había estado cerrado. La nostalgia acaba de invadir el cuadrado amarillo. Bienvenida de nuevo, aunque no sé si es por la soledad o la lejanía que llegas. Incluso las garras han empezado a hurgar en los recuerdos. Espero que mis decisiones sean tomadas con calma y no me apresure. No se comete un error dos veces por casualidad. Pero tú no eres un error. 

15.1.12

Saudades de-

Tres semanas. 
Ya van más de veinte días y aún no escribo nada sobre aquellos. 

Diez minutos.
Más de un millón de segundos y aún no puedo comenzar. Creo que la costumbre es una habilidad que se debe practicar todos los días. Mientras que yo no he practicado lo suficiente. Las teclas se han ido convirtiendo en tan sólo un recurso vago y efímero. Necesito un lápiz, una hoja de papel en blanco y el cielo preciso.

Nostalgia de mi vida. Recién hoy me he puesto a pensar, extraño yo de ustedes, de ti.