10.5.12

inanis

Pocas son las veces en donde me pongo a pensar en una idea recurrente. Mentira. Siempre ha cruzado por mi mente --dentro de las más íntimas neuronas-- esa palabra. Sí. La muy reconocida y poco agraciada. Se llama muerte.

Siempre pasa por mi cabeza. Son tantas las veces en las que me he puesto a pensar en ella que me asusta un poco la idea de saber que no tiene fecha de llegada. No, todavía no puedo agendarla. Ya sé que lo haré la próxima semana: El lunes clases todo el día, examen de esto, del otro y práctica del peor. Almorzar con fulanito, encontrarme con menganito y por qué no venderle algo a sultano. Sí, ya está todo planeado. Tengo tal y esta otra cosa para hacer. Necesito un poco más de tiempo, leer, escribir, resumir. Dormir si es que puedo, tomar café para no pestañear.

Llegar a mi casa, hablar con mi papá, abrazar a mi mamá, reírme con mi hermano. Comer los cuatro juntos. Sí, algo tan normal. Lavarme los dientes, bañarme, rezar, dormir. Despertar y seguir andando con la misma rutina de todos los días. Extraño los días en Manaus, a veces eran un poco rutinarios también. Pero me gustaba caminar más, ver el cielo enorme con las nubes gigantescas y respirar aire puro. Escuchar a todos hablar o taparme los oídos con Delgadillo en el fondo. Escuchar la ñ sin que suene extraño. Conversar en otro idioma, esperar el micro y llegar a la ONG. Sí, sí. Todo era divertido. Salir y todo. Tomar mi avión y llegar a Lima, a seguir.

Correr para una clase, para el micro, para ir al baño. Caminar mientras le das la última ojeada al resumen antes de la clase, porque fijo hay práctica. En verdad, ni sé. Revisar tu celular: tienes cinco mil mails, llamadas perdidas, cinco personas hablándote por el bbm, twitter, facebook. Sí, todo sigue normal. Revisas que todo esté en su lugar, las monedas para comprar algo que te llene el estómago. Para las copias. Busco la llave para el locker y sí todo sigue igual.

Coordino con mi mejor ejemplo para regresarnos. Sí, escuchando buena música, ríendo, renegando porque un taxista te choca y no deja huella. Porque tu papá te llama y te karmea el día entero. Me quejo de mis notas, mis profesores. Lloro por mis ideales frustrados y mis pedazos de corazón regados en medio de la Costa Verde. Una mirada de complicidad para burlarte de lo que hablan atrás.

Sí. No es extraño, todo sigue normal. Hasta que cierras los ojos.

 - Para siempre -

Justo te peleas con tu mamá. Te molestas por algo que te dice tu papá. Tu hermano te decepciona. Te olvidas de decirle a tu mejor amigo todo lo que vale. Te quedas con un cd para tu ex. Reniegas por un curso. Te quejas por comer lentejas. Le gritas a un desconocido. Dejas de decirle te quiero a alguien importante porque ya habrá otra ocasión. No llamas a tu abuelo.

¿Por qué? Porque sabes que despertarás y mañana todo será mejor, cambiarás o probablemente habrá otro día para arreglar las cosas. ¿Estás seguro? Tienes tantos sueños y tantos planes que crees que tendrás todo el tiempo del mundo para realizarlos y ser feliz. Pero, ¿de qué sirve estar amargado durante el trayecto y no disfrutar el camino? La felicidad no es una meta, es un estado. Es disfrutar todo. Es sentir y gustar las cosas internamente y hacer un cambio positivo a cada segundo.

Sí, lo acepto. Tengo miedo de morir. No estoy preparado para dejar todo así, todo sigue inconcluso. Sí, tienes razón, somos pasajeros y tenemos un límite. Pero tengo miedo de no vivir. Quiero vivir hoy, porque sólo ese hoy importa.

Tengo miedo, quiero que llegues a mi cuarto y me digas que no estoy solo. Que me acompañes mientras duermo y me digas que todo estará bien. Te llevaste una parte enorme de mi corazón y tengo miedo de que si alguien más se va, también se lleve y me quede vacío. Como un agujero negro enorme sin sentido. Cántame mientras duermo. Sí, amigo, a ti también te extraño: por más raro que sea, pensando que algún día nos veríamos para reírnos y dejaste de estar acá sin despedirte. Te fuiste por algo, se fueron porque era hora.

Nos volveremos a encontrar y sólo dejo una coma porque sé que queda mucho por hablar,