Abro los ojos y descubro que existen miles de sombras a mi alrededor. He sentido que todos me miran fijamente y aún no logro descrubir quiénes son. Empiezan a murmurar entre ellos y no dejan de reírse, siento que lo hicieran de mí. Trato de abrir más los ojos para poder ver mejor y tratar de reconocer a los que me rodean mientras me levanto. Pero me doy cuenta que mis ojos empiezan a lagrimear y no puedo contener el nudo en la garganta y el dolor en el corazón. Mis pensamientos se nublan y mis manos tiemblan y sudan cada vez más. Mi boca se cierra. No puedo decir nada. No puedo pensar en nadie. Todo pasa como un video antiguo y sólo sonrío por ver a las personas que pasaron. Las sombras siguen ahí. Quiero ver su luz y luego poder sonreír.