Camino en medio de la oscuridad. Volteo y veo tu reflejo. Es como si la luz esperara que estés ahí. Voy avanzando y empiezo a acercarme con determinación. Busco entre las monedas de un sol y demás huevadas, las llaves. No tengo ganas de entrar otra vez. Pero sólo así podré salir y luego sentirme mejor. Las encuentro y entro. No hay nadie para variar, sólo estoy yo. No tengo a donde ir. Mi refugio parece estar lleno de sueños y de ilusiones amorosas. El humo que serpentea el vacío me trata de enseñar el camino. No puedo más y simplemente caí tumbado en la cama. Miles de pensamientos avanzan sobre mi mente como si fuera una carrera sin final.
Empiezan a llegar los ruidos, los gritos, las pisadas y las horas. Forman parte de la rutina y del convivir. Máncora sería el lugar perfecto para repetir, pero la realidad no es esa. La cabeza está a punto de explotar como áqule volcán rojo que ya no se calla. No hay calma y ya aguanto. Tengo que salir. Gritar. Volar. Soñar.
El cielo está lleno de estrellas. Pero yo sólo quiero una: tú. La vida empieza a abrazar el pasado, y el pasado se asquea del futuro. Todo está enredado y desordenado. El viento parece romper el orden y la vida se encarga de todo. Quiero explotar y lo hago. Salgo y todo vuelve a la normalidad. Todo me parece perfecto y nada me parece justo. Es así y será un buen tiempo. Quiero verte sonreír y quiero que tus ojos sean el reflejo de esa tranquilidad. Todo estará bien. Con fe.
Empiezan a llegar los ruidos, los gritos, las pisadas y las horas. Forman parte de la rutina y del convivir. Máncora sería el lugar perfecto para repetir, pero la realidad no es esa. La cabeza está a punto de explotar como áqule volcán rojo que ya no se calla. No hay calma y ya aguanto. Tengo que salir. Gritar. Volar. Soñar.
El cielo está lleno de estrellas. Pero yo sólo quiero una: tú. La vida empieza a abrazar el pasado, y el pasado se asquea del futuro. Todo está enredado y desordenado. El viento parece romper el orden y la vida se encarga de todo. Quiero explotar y lo hago. Salgo y todo vuelve a la normalidad. Todo me parece perfecto y nada me parece justo. Es así y será un buen tiempo. Quiero verte sonreír y quiero que tus ojos sean el reflejo de esa tranquilidad. Todo estará bien. Con fe.