Cuando entregas algo que es importante, que es tu esencia en parte y que vale demasiado para ti, a alquien que en verdad se lo merece y que vale la pena darle algo con tanta importancia. Es cierto, das algo sin esperar nada a cambio y lo haces con la simple intención de demostrar algo. Un sentimiento.
Pero que sucede cuando recibes. Y no recibes exactamente algo distinto o nuevo, sino el mismo regalo que diste. ¿Qué sientes? ¿Qué piensas? Ni mierda. Simplemente se te ata un nudo en la garganta y no puedes decir palabra alguna. Sientes que tu corazón se rompe en pedazos y que tienes ganas de mandar todo a la misma mierda. Así sucede muchas veces. Eso pasa cuando te devuelven algo que entregaste con todo el sentimiento. Cualquiera que sea la excusa, duele.
Me sucedió hace poco. Y espero que nunca más.