Y pasó tan rápido como el agua que llegaba desde el cielo y rebentaba en el suelo ayacuchano. Pasaron muchas inesperadas. Y otras simplemente se podían haber deducido desde un principio. Si bien fue muy corto. Fue intenso. Y los pensamientos gobernaban muchas veces los momentos de soledad.
Comienza un nuevo camino que no será fácil de seguir pero que se podrá dejar de lado. Es tiempo de tomar decisiones. Fue lo que tuvo que ser. Es que lo tendrá que ser. No hay mucho por decir. Fue uno bueno.