Es la historia de un chico que tiene demasiados sueños y sobre todo, demasiadas expectativas sobre todo. Su mundo parece bastante normal: tiene bastante fe en Dios, su familia es bastante unida y no parece tener ningún problema actual y, tiene amigos suficientes para no sentirse solo. Lamentablemente, existe otro factor en la vida de toda persona: el amor. El chico prefiere no llamarlo sentimiento, sino estado emocional. Es algo así como cuando te gusta mucho una canción y la escuchas hasta que tus oídos estén tan hartos de oírla que te duele la cabeza; así de intenso y necio. Ya bueno, la cuestión es que este chico no logra entender que esa palabra, ese sustantivo, esa ideología, esa sensación no le corresponde a él.
Sí, es la historia de un chico que siendo querido por tantas personas, no logra ser amado por la persona correcta, o por lo menos la que él cree es la correcta. Es una enfermedad. Lo que el chico de la historia tiene es conocido por muchos doctores reconocidos universalmente como: "soledad". Es una enfermedad crónica que probablemente tenga la cura en muchas cosas: familia, amigos, Dios, situaciones, experiencias. Pero lamentablemente la cura, la solución, no se encuentra ahí, se encuentra en la palabra esencial de todo ser humano: "amor".
Tenemos que entender que el chico de nuestra historia no es muy simpático físicamente que digamos, pero tampoco es una asquerosidad. Nunca tanto. Tiene muchas otras cualidades que lo favorecen un montón, y la más importante es que es capaz de colocar su corazón en la mano y decirte las cosas con tanta seguridad y firmeza que no hay forma de que mienta. Pero al mismo tiempo es demasiado ingenuo y durante más de un año sus amores lo han rechazado porque simplemente no congenian y no es lo suficiente para la situación.
Este chico, el de la historia, no tiene malas intenciones. Sólo quiere lo mejor para ella, para él y para todos los demás. Aunque suena tan surreal y utópico, lo desea con todo el corazón. Detesta la cursilería, pero nuestro chico de la historia necesita un poco de amor.
Necesita un abrazo sincero, un te quiero sin tener que decirlo primero. Ya que simplemente, se resignó a no creer en el amor y tiene miedo de caer en el hoyo más profundo que lo acecha desde hace tantos días: la depresión.
Sonríe para iluminar el mundo, que sólo así el chico de la historia sobrevivirá.